La tortura de viajar con un fotógrafo

La tortura de vaiajar con un fotógrafo se inicio en el momento en que mi marido y yo decidimos hacer muchos viajes.

En el año 2002, yo ya llevaba dos años de manera seria con mi afición a la fotografía, así que lo primero que preparaba era mi cámara, mucho antes que la maleta.

Los viajes que hicimos de novios, fueron dentro de España y no en temporada alta, así que la planificación corría de nuestra cuenta, siempre con nuestros cheques de hotel que nos proporcionaba una agencia de viajes de unos conocidos grandes almacenes españoles.

No obstante nuestro viaje de novios aunque no fue a un sitio habitual para este tipo de viajes, sí que lo encargamos a una agencia de y fue un circuito por la Alemania Romántica.

En el 2003 volvimos a viajar a Italia con circuito, pero a partir de este viaje es cuando empecé a plantearme que tendríamos que viajar de otra forma, es decir, diseñar nosotros nuestro viaje.

Inicialmente cogíamos hoteles y vuelos en agencia, y el resto de desplazamientos los hacíamos en tren o autobús. Así nos recorrimos en el 2009, Múnich, Salzburg e Innsbruck. Yo tenía mucha más libertad para hacer mis fotos y para elegir los destinos que nos resultaban interesantes tanto dentro como fuera de la ciudad.

Con esta metodología nos recorrimos también Berlin, Potsdam y Dresden, La Extremadura Portuguesa, Cuxhaven, Bremenhaven y Helgoland (Alemania). En estos últimos destinos ya no usamos agencia de viajes, directamente diseñamos nuestro viaje, cogiendo vuelos y alojamientos por internet.

En el 2015, la planificación de nuestros viajes es más detallada, investigo la zona del País a visitar, si el país en cuestión tiene información en forma de folletos que te los pueden mandar, los solicito por correo y creo una ruta personalizada, consultando en la bibliografía también.

En esa ruta si hay que ir de un extremo a otro del país, solo reservo los vuelos de ida y de vuelta. Los alojamientos los voy reservando conforme avanzamos a través de booking y poniendo dos filtros, si tienen wifi y si tienen aparcamiento.

Porque desde ese año siempre alquilamos un coche en destino, ya que cada vez llevo más material fotográfico y porque el coche te da mucha libertad de movimiento.

De esta forma hemos viajado a Eslovenia, Canadá y Schwarzwald (Alemania) en los tres años posteriores.

Viajar en pareja es una manera muy enriquecedora de compartir momentos, pero cuando un miembro de la pareja no es fotógrafo, hay que tener algunas reglas básicas para que ese viaje sea placentero para los dos.

Para contentar a ambos, es sencillamente darle a cada uno lo que quiere o busca de ese viaje, en mi caso y como casi siempre elijo yo el destino y la ruta, siempre introduzco aquellos puntos interesantes para mi pareja que casi siempre tiene que ver con antiguos oficios, automoción y trenes.

Yo siempre disfruto con él esas visitas, e incluso puede ser que durante la misma te salga alguna foto interesante o aprovechas para descansar un poco de la cámara.

De esta manera, él tiene su parcela dentro del viaje y yo la mía, así en el momento en que hay que ir solo a hacer fotos como cuando hacemos alguna nocturna, él nunca pone pegas, es más es un miembro activo a la hora de iluminar o colocar luces. Y lo mismo ocurre con la fotografía de filtros en donde tiene que esperar pacientemente a que haga la foto o fotos.

El alquiler del coche te permite a su vez ir variando la planificación que se diseña desde casa, ya que muchas veces al hablar con las personas del lugar, puede ser que te indiquen localizaciones interesantes que solo ellos conocen y que no están en los folletos turísticos.

En resumen, mi consejo para viajar en pareja es:

  • Tener en cuenta aquello que es irrenunciable para los dos como, por ejemplo, que fotos me quiero llevar de los destinos elegidos y que lugares quiere visitar él por qué forman parte de sus intereses o gustos personales. Ser generosos en este punto y disfrutar también de lo que a él/ella interesa.
  • Primero llevar alguna ruta preestablecida desde nuestro lugar de origen, siempre consensuando lo que queremos visitar los dos.
  • Estar abiertos a modificar la ruta si surge algo interesante en el viaje y que no hemos planificado, bien por interés de alguno de los dos miembros de la pareja.
  • Poner especial atención en aquello que es del gusto de los dos, porque serán días en los que no surja ningún tipo de conflicto.
Alemania Selva Negra
Las Medulas (León)
Freudenstadt, la ciudad de la alegría.
Malanquilla (Calatayud)

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